Los católicos de Belarús celebraron ayer el día de conmemoración de los difuntos: "Dzyady". Esta tradición tiene más de quinientos años.
En la Edad Media, existía la creencia entre los católicos de que en este día los antepasados muertos regresaban a casa y visitaban a sus parientes vivos.
Recientemente, en Belarús, esta festividad tiene una connotación política, ya que el 2 de noviembre de 1988 es considerado por muchos el cumpleaños de la oposición belarusa. Ese día, la policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar una procesión de miles de personas en la zona de Kurфpaty, cerca de Minsk, donde el NKVD fusiló a decenas de miles de personas en los años 30 y 40 del siglo pasado.
En Dziady, los creyentes van a las iglesias, visitan los cementerios y arreglan las tumbas. Después es costumbre que toda la familia se siente a la mesa. Antes de la comida, el dueño de la vivienda debe invitar a las almas de los antepasados a la mesa, dirigiéndose a ellas con las palabras "¡Dziady´s sagrados, les llamamos! Vengán a nosotros". La primera cucharada de la kutya conmemorativa (papilla de cebada perlada hervida con leche o agua) debía colocarse en el umbral o en el alféizar de la ventana para los difuntos. Un tercio de cada vaso bebido esa noche debía servirlo el difunto. En la mesa se colocaba un número impar de platos y tantas cucharas como "parientes fallecidos en la familia hubiera.
No se podía retirar nada de la mesa conmemorativa hasta por la mañana: se creía que las almas de los muertos venían por la noche. La comida terminaba con una oración común. Las velas conmemorativas se apagaban con pan. Por la mañana, las sobras se distribuían entre los pobres o se daban de comer a los pájaros.
Durante el régimen soviético, estaba prohibido celebrar el Dziady; en su lugar, en noviembre se celebraba el aniversario del golpe de octubre de 1917. El Frente Popular Belaruso revivió la antigua tradición. En 1988, los activistas de esta organización aún no registrada organizaron una procesión de muchos miles de personas hasta Kurapaty, una zona cercana a Minsk, donde el NKVD fusiló a decenas de miles de personas en los años 30 y 40. La procesión se prolongó hasta el día siguiente. La policía antidisturbios dispersó a los manifestantes con macanas y gas lacrimógeno. Decenas de personas fueron detenidas.
A mediados de los años 90, "Dziady" era día festivo. Sin embargo, hace varios años fue excluido de la lista de días festivos por decreto del "presidente". Ahora en noviembre en Belarús, como antaño en la URSS, sólo se vuelve a celebrar el aniversario del golpe de octubre.
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