La bayoneta rusa viene detrás de la escuela rusa.

Publicado el 29 de septiembre de 2023, 11:38

Existen diferentes puntos de vista sobre el problema real de la lengua belarusa en Belarús.
Uno de ellas es que poca gente en Belarús domina el idioma belaruso y, en consecuencia, muchos belarusos percibirán negativamente la adopción del belaruso como única lengua estatal.
Suena más o menos así: "No importa qué lengua hable, lo que importa es quién soy". Como demuestra la experiencia de los últimos años, esto es sumamente importante.

Los belarusos ya habían cambiado su identidad nacional y su independencia política por "un chupito y una rebanada de pan". En aquel momento, algunas personalidades políticas y culturales situaron esta cuestión entre las más prioritarias. Como el tiempo ha demostrado, fue por algo.

Pero los belarusos no querían vagar por el desierto durante cuarenta años siguiendo a Moisés, como los judíos, y como resultado siguieron a alguien como Caín y el rey Herodes en una sola persona durante casi treinta años.

De esta manera la tierra prometida no se va a encontrar. Así pues, los belarusos no han encontrado nada, sino que están perdiendo rápidamente lo poco que ganaron durante los primeros años de independencia. Una de las pérdidas es la lengua nacional y, como consecuencia, la autoconciencia nacional. Esta pérdida no es instantánea. Nos fue arrebatada a lo largo de los siglos: podemos citar el lema de los apologistas y practicantes de la política imperial de rusificación en tiempos de la emperatriz Catalina: "Lo que la bayoneta rusa, el funcionario ruso, el cura ruso no terminaron, lo terminará el maestro ruso".

¡El concepto perfecto de etnocidio implísito! Esto sin mencionar que también se derramaba sangre, mucha y a menudo. Las consecuencias de esta política han tenido un impacto muy visible en todos los pueblos del antiguo Imperio Ruso, la URSS y la Rusia moderna: en Belarús, hablar la lengua de la nación titular puede llevar fácilmente a la cárcel, y las lenguas autóctonas de la Federación Rusa están al borde de la extinción.

Y cuando muere una lengua, muere una nación. Muere la cultura. Eso es lo que quieren los colonizadores. ¿Cómo funciona esto? Toda lengua no es sólo un medio de comunicación. También es un medio de transmitir información acumulada, entre otras cosas.

Si no se aviva el fuego, se apagará. Si no se habla la lengua, desaparecerá, y con ella desaparecerá también la identidad nacional. Esto es lo que estamos presenciando en estos momentos. Esto es lo que ha llevado a que muchos belarusos no se identifiquen con la cultura y la nación belarusa. Tenemos el resultado de siglos de asimilación: "sí, soy belaruso, pero también soy ruso, no hay nada malo en que hable ruso".

La lengua no es sólo un sistema de señales, es un reflejo de la mentalidad, del carácter nacional. La lengua es un marcador de la conciencia. Como persona que lleva muchos años ocupándose de lenguas, puedo dar fe de que la personalidad cambia según la lengua que se utilice en cada momento. Si cambio de lengua, cambio de lógica.

Cambio mi actitud ante los acontecimientos. Incluso cambio mi voz. Un belaruso que habla ruso piensa como un ruso. Un mongol que habla polaco piensa como un polaco. Cuanto más dura este proceso, más fuerte es la influencia de la "otra personalidad".

Es posible, e incluso obvio, que la aprobación del belaruso como único idioma estatal sea un procedimiento complicado y doloroso. Pero es necesario, como es necesaria una operación quirúrgica para salvar a un paciente. El ejemplo de los Estados bálticos es muy ilustrativo a este respecto.

Ucrania también es un ejemplo. "El camino hacia la lengua ucraniana pasa por el surzhik": antes de la guerra, había tantos rusoparlantes en Ucrania como en Belarús, pero los ucranianos se dieron cuenta de la importancia de su lengua materna cuando el "mundo ruso" invadió su hogar en todo su esplendor.
Se dieron cuenta de que la lengua también es un arma, no menos poderosa que los Himars. Los Estados bálticos se dieron cuenta incluso antes. ¿Acaso no basta con que los belarusos aprendan de los errores ajenos? ¿O utilizaremos la experiencia de nuestros amigos y vecinos antes de que los belarusos como nación se disuelvan en la horda agresiva del Este, como muchas otras?

Sería un error tratar la cuestión lingüística como algo secundario, especialmente en el contexto de la constante expansión del mundo ruso. Habría que estar ciego para no ver, en vista de los últimos acontecimientos, que después del cura ruso, del funcionario ruso y del profesor ruso siempre viene la bayoneta rusa.


Aliaksandr Sarokin

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