En el Tribunal de Distrito de Vawkavysk, provincia de Hrodna, ocurrió un verdadero milagro, que habría sido objeto de asombro, de no ser por los caprichos del tiempo, "cuando no es cuestión de leyes". Apareció un juez récord, cuyos veredictos y sentencias son aplaudidos aunque no haya público en la sala.
La audiencia comenzó a las 12.40 horas, cuando el juez Syarheyka se sentó en su mesa del despacho nº 6.
La primera audiencia fue sorprendente. El acusado compareció ante el tribunal, y antes incluso de llegar a su asiento, como ya había oído la decisión sobre el artículo 19.11 del Código de Infracciones Administrativas de la República de Belarús. El juez Syarheyka anunció: "¡Culpable! 5 años de prisión!" e inmediatamente después echó una mirada nerviosa al reloj, que marcaba las 12:43, aún quedaban 17 minutos para el almuerzo, 17 largos minutos enteros.
Los participantes del proceso se quedaron estupefactos. El abogado defensor ni siquiera tuvo tiempo de decir "alto tribunal", y el acusado ni siquiera tuvo tiempo de sentarse en una silla, cuando el siguiente acusado fue introducido en la sala.
Syarheyka miró al fiscal e inmediatamente emitió el siguiente veredicto: "¡Culpable! 10 años de prisión". Eran las 12.46 en el reloj.
El abogado ni siquiera intentó oponerse, se dio cuenta de que era inútil. Todo fue muy rápido e inesperado.
Los extremistas inocentes pensaron durante mucho tiempo en lo que había ocurrido en el tribunal de Vawkavysk, tal vez había cambios especiales en el código de procedimiento que permitían un examen tan rápido de los casos.
Pero no está lejos el momento en que cada juez, desde el momento en que se presente ante el tribunal, tenga garantizada la protección de sus intereses mediante un examen oportuno, exhaustivo, completo y objetivo de los casos de conformidad con la ley.
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